El Bósforo: La perla de Estambul que une dos continentes
El Bósforo, uno de los estrechos más lindos e icónicos del mundo que es visitado por millones de turistas cada año. Además de conectar el Mar Negro y el Mar de Mármara, también conecta Asía con Europa.
A lo largo de los años, ha sido un punto geopolítico de gran importancia debido a su influencia en el comercio, la cultura y también en las guerras.
Sin embargo, el estrecho del Bósforo es hoy conocido como la perla de Estambul. Un lugar donde puedes disfrutar de hermosos atardeceres y que está rodeado de muchos de los mejores lugares que ver en Estambul.
El Bósforo: Un poco de historia
El estrecho del Bósforo se formó hace unos 7.500 – 10.000 años, durante la última edad de hielo. Durante ese tiempo, el mar aumento su nivel e inundó un valle fluvial preexistente, conectando el Mar Negro con el Mar de Mármara.
El Bósforo ha sido un enclave estratégico desde la antigüedad. Los griegos lo llamaron «Bosporus« y establecieron colonias como Bizancio en el siglo VII a.C. por su valor comercial y defensivo.
Más tarde, en las épocas romana y bizantina, fue clave para el comercio y la navegación militar. Durante el Imperio Otomano, controlar el estrecho fue fundamental, y se construyeron fortificaciones como Rumeli Hisarı. Esto ayudó a asegurar su dominio antes de la toma de Constantinopla.
¿Qué ver en el Bósforo?
Hay mucho para ver en esta área, y puedes disfrutarlo mejor haciendo un tour por las joyas de Estambul. Pero, para que tengas una mejor idea, esto es lo que puedes ver en el Bósforo:
- El cuerno de oro. Es un estuario de Estambul que separa la península histórica de los barrios modernos. Fue un puerto clave para Bizancio y el Imperio Otomano, y hoy es punto de partida para paseos en barco por el Bósforo.
- La Torre Gálata. Construida por los genoveses en el siglo XIV como parte de las fortificaciones de su colonia, es el único vestigio que se conserva. Su estructura ha cambiado con el tiempo y hoy ofrece vistas panorámicas del Bósforo y la ciudad histórica.
- Palacio de Dolmabahçe. Tras la conquista de Constantinopla en 1453, los otomanos construyeron el Palacio de Topkapı. En el siglo XIX, con reformas modernizadoras, surgió el Palacio de Dolmabahçe, de estilo europeo, hoy museo destacado por su lujo, jardines y espectacular sala ceremonial.
- Torre de la Doncella. Ubicada en una isla a la entrada del Bósforo, esta torre bizantina funcionó principalmente como faro. Hoy es restaurante y símbolo icónico de Estambul, junto a la Torre de Gálata, apareciendo en novelas turcas y películas como James Bond.
- Las fortalezas Otomanas. Antes de conquistar Constantinopla, el joven sultán Mehmet II ordenó en 1452 la construcción de la Fortaleza de Rumeli en el punto más estrecho del Bósforo para bloquear ayuda naval. Un año después tomó la ciudad. Ambas fortalezas aún permanecen.
Además, en los paseos por el Bósforo puedes ver Los Yalis, que son casas de diseño otomano muy exclusivas. Asimismo, verás los tres puentes intercontinentales y otras bellezas de este lugar.
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